BDSM es un acrónimo que representa un conjunto de prácticas y expresiones sexuales que abarcan una amplia gama de comportamientos y roles. Esta abreviatura se refiere a tres conceptos principales: Bondage y Disciplina (B&D), Dominación y Sumisión (D&S), y Sadismo y Masoquismo (S&M). Estas prácticas sexuales implican que una de las partes asume el rol dominante mientras que la otra adopta el rol sumiso, en un contexto consensuado y seguro.
Es importante destacar que el BDSM se basa en el consentimiento y el respeto mutuo entre los participantes. Antes de involucrarse en cualquier actividad BDSM, es crucial establecer límites claros y establecer una comunicación abierta para asegurar que ambas partes estén cómodas con las prácticas y los niveles de intensidad.
El “bondage” se centra en restringir o atar a una persona con cuerdas, cadenas, esposas u otros objetos para obtener excitación y un sentido de sumisión. La “disciplina” implica el uso de reglas, castigos o recompensas para entrenar o controlar el comportamiento del sumiso.
En el aspecto de “dominación y sumisión,” una persona toma el rol dominante mientras que la otra adopta el rol sumiso. El dominante ejerce control sobre el sumiso y este último se somete a las instrucciones y deseos del dominante.
Por otro lado, el “sadismo” y el “masoquismo” implican la obtención de placer a través del dolor o la humillación. El sadismo se refiere a la excitación al infligir dolor o dominar a alguien, mientras que el masoquismo es el placer obtenido al recibir dicho dolor o humillación.
Los términos del BDSM
Bondage:
El término “bondage” proviene del inglés y se refiere a la creación de vínculos y relaciones de subordinación. En la historia, se utilizó para describir los lazos restrictivos entre amos y esclavos o señores feudales y vasallos. En el contexto del BDSM, el bondage se asocia con ataduras mediante sogas u otros elementos de restricción, que a menudo se utilizan con fines eróticos. Estas prácticas establecen roles de poder asimétricos, como amo-esclavo, jefe-empleado, maestro-alumno, policía-detenido, entre otros.
Disciplina:
La “disciplina” en el contexto erótico se refiere a prácticas relacionadas con reglas, castigos, adiestramiento, protocolos de comportamiento y posturas específicas según las circunstancias.
Dominación:
La “dominación” implica que una persona adopta un rol dominante en el contexto erótico y actúa de acuerdo con su voluntad y deseo sobre otra u otras personas que adoptan roles sumisos. Sin embargo, es fundamental destacar que toda dominación en el BDSM está sujeta al consenso y a los límites establecidos por la persona que acepta ser dominada. El BDSM rechaza cualquier forma de dominación no consensuada. Puedes leer este artículo sobre dominación financiera.
Sumisión:
En el ámbito erótico, la “sumisión” se refiere a prácticas donde una persona adopta un rol sumiso y se somete a la voluntad de otra u otras personas que adoptan roles dominantes. Es el complemento de la dominación, y se suele hablar de relaciones “D/S” (Dominación/Sumisión). Al igual que la dominación, la sumisión es siempre voluntaria y se lleva a cabo dentro de los límites establecidos por la persona que asume el rol sumiso.
Sadismo:
El término “sadismo” en este contexto hace referencia a prácticas eróticas en las que una persona obtiene placer causando dolor, humillación o incomodidad a otra persona que consiente en esa situación. Es importante recalcar que estas prácticas son siempre voluntarias y no pueden superar los límites establecidos por la persona que recibe el dolor, la humillación o la incomodidad. Además, el individuo que adopta el rol sádico se preocupa constantemente por el bienestar de la persona que está experimentando estas sensaciones, evitando cualquier daño.
Masoquismo:
El término “masoquismo” en este contexto se refiere a prácticas eróticas en las que una persona obtiene placer experimentando dolor, humillación o incomodidad, generalmente a manos de otra persona que acepta participar en dicha situación. Al igual que en el sadismo, estas prácticas son siempre voluntarias y no pueden traspasar los límites establecidos por la persona que está recibiendo el dolor, la humillación o la incomodidad. En cualquier momento, se puede detener o interrumpir la actividad si alguna de las partes así lo desea.
Límites del BDSM
Es importante destacar que el BDSM es una práctica sexual consensuada y no está relacionada con la violencia, el abuso o la falta de respeto. Las personas que participan en actividades BDSM lo hacen para explorar su sexualidad, establecer vínculos emocionales más fuertes y disfrutar de una conexión íntima y segura con su pareja.
Es esencial recordar que cada individuo tiene sus propios límites y preferencias, por lo que es crucial respetarlos y mantener una comunicación abierta y honesta. Siempre se recomienda practicar el BDSM de manera segura y educarse sobre las prácticas para evitar lesiones físicas o emocionales. Si estás interesado en explorar el BDSM, te animo a que te informes adecuadamente y busques comunidades o grupos en línea o locales donde puedas compartir experiencias y conocimientos con personas que comparten tus intereses.
Consejos de seguridad
Es fundamental tener en cuenta algunas precauciones y normas de seguridad al practicar BDSM:
1. Asegúrate de no atar las cuerdas demasiado fuerte.
2. Nunca ates alrededor del cuello o ejerzas presión en esa zona.
3. Mantén unas tijeras al alcance en caso de que la persona atada se sienta incómoda y necesite detener la sesión.
4. Establece una palabra clave para detener el juego de inmediato si se pronuncia, como “ornitorrinco” u otra palabra acordada.
5. Si no tienes experiencia, evita realizar suspensiones (levantar a la persona con cuerdas) ya que es una práctica avanzada que requiere habilidades específicas.
6. Vigila el tiempo que la persona está atada en una misma postura para evitar lesiones indeseadas.
7. Recuerda que en el BDSM, la preparación, el juego y los cuidados posteriores son igualmente importantes. Respetar los límites y la seguridad es esencial para una experiencia satisfactoria y segura.
8. Una vez que hayáis decidido los roles, nombres y palabra de seguridad, podéis elaborar un contrato que defina las reglas y acuerdos para el juego.
Con estas precauciones en mente, podréis disfrutar de manera segura y consensuada de la experiencia en el mundo del BDSM.
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