Queening, cómo sentarte en su cara

Queening

El queening, también conocido como facesitting o sillita de la reina, es una práctica sexual que ha ganado popularidad por su capacidad para proporcionar una intensa estimulación tanto a la persona que recibe como a la que da el placer. Básicamente, consiste en que una persona se sienta sobre la cara de su pareja, generalmente en una posición de control, para recibir sexo oral.

Aunque puede parecer una práctica moderna, el queening tiene sus raíces en muchas culturas a lo largo de la historia, en las que el acto de sentarse sobre alguien representaba una forma de poder o dominio, especialmente en el contexto de la sexualidad. Es una postura cargada de simbolismo, donde quien se coloca arriba no solo recibe placer, sino que también asume un rol de liderazgo en la experiencia.

La experiencia física del queening

En términos de estimulación física, el queening es una de las mejores formas de acceder al clítoris. Esta zona, altamente sensible por su gran concentración de terminaciones nerviosas, se ve estimulada de manera directa y constante durante el acto, lo que puede intensificar enormemente las sensaciones placenteras. La persona en la parte superior puede ajustar la presión y el movimiento, dirigiendo la estimulación hacia áreas específicas y controlando la intensidad del acto sexual.

Además de la estimulación directa del clítoris, esta postura permite que la persona que está encima frote sus genitales contra la lengua, los labios e incluso la nariz de su pareja, lo que puede resultar en una experiencia increíblemente satisfactoria y, en muchos casos, intensamente erótica.

Beneficios del Queening

1. Estimulación intensa del clítoris

Uno de los beneficios más obvios del queening es la estimulación directa y continua del clítoris. Dado que esta zona es extremadamente sensible y tiene miles de terminaciones nerviosas, el queening ofrece una forma eficaz de llegar a ella de una manera única. La lengua y los labios de la persona que está debajo proporcionan un contacto directo que puede llevar a una mujer a niveles de placer difíciles de alcanzar con otras posiciones.

2. Empoderamiento y control

El queening no solo tiene beneficios físicos, sino también psicológicos. Para la persona que se coloca arriba, esta postura ofrece una sensación de poder y control. Al estar en una posición dominante, la persona en la parte superior puede dirigir y controlar la dinámica del acto sexual, eligiendo la velocidad, la presión y la intensidad de la estimulación. Esta sensación de empoderamiento puede aumentar la excitación y la satisfacción.

Por otro lado, la persona que está debajo también experimenta una sensación de adoración y sumisión. El juego de dominación y sumisión es una parte clave de la práctica, lo que permite que ambos participantes exploren nuevas facetas de su sexualidad y se conecten a través de roles de poder y entrega.

3. Salir de la rutina y experimentar nuevas sensaciones

El queening es una excelente forma de salir de la rutina y explorar nuevas sensaciones sexuales. A medida que las parejas buscan formas de enriquecer su vida sexual, el queening se presenta como una opción innovadora para experimentar con una dinámica diferente, lejos de las posiciones tradicionales. Además, probar nuevas posturas y situaciones puede ser una forma de reavivar el deseo y la pasión en una relación.

4. Mejora la comunicación en pareja

Como en todas las prácticas sexuales, la comunicación juega un papel crucial en el queening. Dado que involucra una posición relativamente poco común y potencialmente incómoda, es vital que las parejas se comuniquen abierta y sinceramente sobre sus deseos, expectativas y límites. Hablar antes, durante y después de la práctica ayuda a garantizar que ambas partes estén cómodas y satisfechas, y fomenta un ambiente de confianza y respeto mutuo. La retroalimentación sobre lo que les gusta o no les gusta en el momento puede mejorar significativamente la experiencia en futuras ocasiones.

¿Cómo hacer la postura del Queening?

Ahora que conoces los beneficios, vamos a explicarte cómo hacerlo de manera cómoda y segura.

1. Sentarse correctamente

El primer paso es encontrar la postura adecuada. La persona que se coloca arriba debe asegurarse de que sus genitales queden a la altura de la boca de su pareja. Esto puede requerir un poco de ajuste inicial, especialmente si la pareja está en la cama o en un sofá, ya que la altura y la inclinación pueden variar. La idea es que la persona que está arriba se siente directamente sobre la cara de la otra, con los genitales al alcance de su boca, permitiendo una estimulación directa del clítoris y otras zonas erógenas.

2. Mantener el equilibrio

Es importante no dejar caer todo el peso sobre la persona que está debajo. Si bien puede ser tentador relajarse completamente, esto puede resultar incómodo para la persona en la parte inferior. Para evitar esto, la persona que está encima debe utilizar sus rodillas y caderas para sostenerse. Esto permite un control total sobre el movimiento, sin poner una presión excesiva sobre la otra persona.

Además, si la superficie no es completamente plana o cómoda, puede ser útil apoyar las manos en algún lugar, como el cabecero de la cama o el respaldo del sofá, para mejorar el equilibrio. De esta manera, la persona que está encima podrá moverse libremente sin preocuparse por perder el control de la postura.

3. Experimentar con diferentes ángulos

Una de las grandes ventajas del queening es que puedes variar la postura según tus preferencias. Por ejemplo, si te colocas mirando hacia los pies de tu pareja, cambiará la dirección de la estimulación y abrirá nuevas posibilidades para experimentar. Además, mover las caderas o cambiar la presión aplicada sobre los genitales puede modificar la intensidad de la experiencia, lo que hace que el queening sea una práctica sexual muy versátil.

La importancia del consentimiento y la protección

Como en cualquier actividad sexual, el consentimiento es fundamental. Antes de comenzar, asegúrate de que ambos estén cómodos con la idea de intentar el queening. No todas las personas se sienten a gusto con la idea de tener a alguien encima, por lo que es esencial que ambas partes estén de acuerdo.

En cuanto a la protección, no olvides usar láminas de látex o cualquier otro método que prevenga el contacto directo con fluidos corporales, ya que esto puede ayudar a reducir el riesgo de infecciones de transmisión sexual (ITS). Aunque no todas las personas optan por esta protección en todas las prácticas sexuales, es una buena precaución, especialmente cuando se exploran nuevas formas de interacción física.

Consejos para practicar en Queening

  1. Comunicación continua: Aunque el consentimiento inicial es clave, es igualmente importante seguir comunicándose durante la práctica. Si en algún momento una de las dos personas se siente incómoda, es esencial que se pueda expresar de manera tranquila y sin presiones. Establecer una palabra clave o señal para interrumpir o ajustar la práctica puede ser útil para garantizar que la experiencia sea agradable para ambos.
  2. Relajarse y disfrutar del momento: Como cualquier práctica sexual, el queening debe disfrutarse sin prisas. No te apresures, tómate tu tiempo para explorar la intimidad y concentrarte en el placer mutuo. El relajarse en el momento ayuda a que las sensaciones se intensifiquen y la experiencia sea más gratificante.

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