El condón interno, también conocido como preservativo femenino, representa una alternativa innovadora al condón masculino para la protección contra embarazos y enfermedades de transmisión sexual (ETS). Aunque su eficacia es similar a la del condón convencional, difiere en su aplicación, ya que se coloca internamente, dentro de la vagina o incluso en el ano, proporcionando una opción versátil para la prevención de embarazos no deseados y la transmisión de ETS. Aunque históricamente se denominaba “condón femenino”, su uso se extiende a personas de cualquier género que deseen una forma eficaz de protección durante el sexo vaginal o anal.
Preservativo femenino
El condón femenino se puede insertar hasta 8 horas antes del acto, para que disfrutes de la espontaneidad del momento sin interrupciones. Su anillo octogonal exterior proporciona una protección adicional durante la menstruación y ya no dependes de tu pareja para protegerte. Es apreciado por los hombres propensos a la disfunción eréctil al abrir el preservativo clásico.
¿Cómo funciona el condón interno?
El condón interno, fabricado en nitrilo, un material plástico suave, se inserta en la vagina, creando una barrera efectiva que impide que el esperma alcance el óvulo. Este método, al evitar la unión entre esperma y óvulo, previene el embarazo de manera eficaz. Además, al cubrir la parte interna de la vagina, el condón interno también actúa como una barrera protectora contra las infecciones de transmisión sexual (ITS), proporcionando una doble capa de seguridad.
¿Protege el condón interno contra las enfermedades de transmisión sexual?
¡Sí! El condón interno no solo resguarda contra embarazos no deseados, sino que también minimiza significativamente el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS). Al cubrir áreas clave, como el interior de la vagina, partes de la vulva y el ano, este método reduce las posibilidades de contacto con el semen, el líquido preeyaculatorio o la piel infectada, contribuyendo así a una prevención efectiva de las ETS. La aplicación del condón interno se revela como una elección responsable para aquellos que buscan disfrutar de una vida sexual plena y saludable sin comprometer su bienestar.
Cómo se coloca el condón femenino
La colocación del condón femenino es un proceso sencillo pero que requiere cierta práctica para lograr una aplicación efectiva. Este método ofrece la ventaja de poder introducirse hasta ocho horas antes de la relación sexual, brindando flexibilidad y comodidad en su uso. A continuación, se detallan los pasos para colocarlo adecuadamente:
Preparativos importantes:
Antes de iniciar el proceso, lávate las manos para prevenir infecciones o molestias durante la aplicación. Abre con precaución el paquete del condón utilizando las manos, evitando el uso de dientes, uñas o tijeras. Dado que el condón femenino está hecho de poliuretano, puedes utilizar cualquier tipo de lubricante, a diferencia de los condones masculinos de látex.
Elección de postura:
Adopta la postura que te resulte más cómoda, ya sea de pie con una pierna en una silla, en cuclillas o sentada en el filo de una silla.
Colocación:
Con una mano, abre suavemente los labios de la vagina. Luego, con la otra mano, comprime el anillo más pequeño del condón entre tus dedos, dejando el resto del condón suelto. Introduce el condón suavemente en la vagina tan profundo como sea posible.
Ajuste interno:
Utiliza tu dedo índice para empujar la parte exterior del condón que quedó fuera de la vagina hasta que sientas que tu dedo ha alcanzado el límite.
Acomodamiento externo:
Asegúrate de que la parte exterior del condón quede correctamente ajustada, con el anillo externo abierto y cubriendo adecuadamente tus genitales. Verifica que el anillo exterior forme un círculo; en caso contrario, considera el uso de un nuevo condón y repite el proceso.
Después del coito:
Al concluir la relación sexual, retira el condón cuidadosamente. Anuda el extremo para contener el esperma y deséchalo en la basura. Nunca reutilices un condón femenino ya utilizado. Se recomienda tener las uñas cortas o bien cuidadas para evitar dañar o rasgar el condón durante su colocación.
Si sientes incomodidad al colocarlo por ti misma, considera incorporar la aplicación del condón femenino como parte del juego sexual, permitiendo que tu pareja te lo ponga. Lo fundamental es asegurarse de que el condón esté correctamente colocado durante la actividad sexual, proporcionando una protección efectiva contra embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.
¿Cómo debo utilizarlo?
Cuando optes por el uso del condón, asegúrate de seleccionar únicamente preservativos homologados por las autoridades sanitarias y la Comisión Europea.
Verifica la fecha de caducidad, ya que estos preservativos conservan su eficacia durante cinco años a partir de la fecha de fabricación. Almacénalos en lugares frescos y secos para evitar su deterioro y garantizar su rendimiento óptimo cuando más los necesitas.
Asegúrate de seguir meticulosamente los siguientes pasos para una correcta utilización:
1. Utiliza un preservativo nuevo en cada encuentro sexual, incluso si la misma persona eyacula más de una vez sin retirar el preservativo.
2. La mujer puede colocárselo hasta 8 horas antes de la relación sexual, brindando flexibilidad en su aplicación.
3. Evita utilizarlo simultáneamente con el preservativo masculino, ya que esto podría comprometer su efectividad.
4. Extrae el preservativo del paquete y sujeta la funda con el anillo en la parte abierta, colgando hacia abajo.
5. Aprieta el anillo de la parte más estrecha entre los dedos pulgar e índice para introducirlo en la vagina lo más profundamente posible. El anillo puede empujarse hacia el fondo con el dedo introducido en el interior del preservativo.
6. Este condón está lubricado tanto en su interior como en su exterior con un lubricante de silicona, asegurando una experiencia cómoda y segura.
7. No es necesario retirarlo inmediatamente después de la eyaculación, permitiendo que ambos participantes disfruten de la intimidad sin interrupciones.
8. Al retirarlo, gira el anillo exterior sobre sí mismo para mantener el semen en el interior, y deséchalo adecuadamente en la basura, no en el váter. Al seguir estos pasos con precisión, te aseguras de utilizar el condón de manera efectiva y segura, promoviendo la salud sexual y la protección contra embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.
¿Y si no lo utilizo adecuadamente o se rompe?
En caso de un uso inadecuado del condón o de su rotura durante la actividad sexual, existe la opción de recurrir a la anticoncepción de emergencia para minimizar el riesgo de un embarazo no deseado. Los anticonceptivos orales de emergencia, disponibles en centros de atención primaria, servicios de urgencias de hospitales y farmacias, representan una medida eficaz para prevenir embarazos no planeados después de situaciones de riesgo.
La primera opción, el levonorgestrel de 1,5 mg, debe tomarse tan pronto como sea posible después de la relación sexual de riesgo. Se recomienda ingerir uno o dos comprimidos (según el preparado) en una única toma, dentro de las primeras 72 horas (3 días) posteriores al encuentro.
Otra alternativa es el comprimido de ulipristal de 30 mg, que debe tomarse en las primeras 120 horas (5 días) después del coito de riesgo. Además, durante este período, existe la posibilidad de la colocación de un dispositivo intrauterino (DIU) de cobre como medida preventiva adicional.
Es crucial recordar que, aunque la anticoncepción de emergencia puede ser efectiva, su uso no sustituye la protección regular y adecuada mediante métodos anticonceptivos durante las relaciones sexuales. Además, se recomienda buscar asesoramiento médico para discutir opciones y recibir orientación sobre la anticoncepción de emergencia y otras medidas preventivas disponibles. La toma responsable de decisiones respecto a la salud sexual es fundamental para mantener un control efectivo sobre la planificación familiar y la prevención de embarazos no deseados.
